25/1/12

De la teoría a la práctica...

Y es que generalmente la teoría es muy bonita, pero luego la realidad es bien distinta. Esta es la excusa perfecta para que muchos se queden tranquilos después de cometer un error:
- Es que... una cosa es la teoría!

De esta forma conseguiremos que los errores nos afecten menos, pero ¿A qué precio? ¿Hasta dónde podemos llegar? Pues lo vemos a diario, ya que hoy en día reina el pensamiento del "no pasa nada", "si da igual", y así nos va!
- Jolín, es que... la perfección no existe!

Ya tenemos un razonamiento que nos permite hacer las cosas mal.
- Si es que... de algo hay que morir!

Osea que podemos fumar 3 paquetes diarios que no pasa nada.

Bueno, pues yo digo que no! Que tanto cachondeo nos lleva a la desidia y por tanto al fracaso, pero además a pasos agigantados. No digo que la vida es horrible y que hay que agobiarse. El equilibrio está genial, pero eso es lo difícil, y esa es la cuestión.

Si sabemos que la perfección no existe, no nos rasgaremos las vestiduras cuando no lo consigamos, intentaremos no sufrir demasiado cuando las cosas nos salen mal, pero pienso que hay que intentar (a veces con todas nuestras fuerzas) hacer las cosas lo mejor posible, o por lo menos bien. Y si la perfección no existe nunca llegaremos a ella, pero intentaremos acercarnos.

Como de algo hay que morir, pues vamos a tirarnos por un barranco... pues no! Tampoco vamos a quedarnos encerrados en casa toda la vida, pero no hace falta ser tan temerarios. Se trata de reducir las posibilidades en la medida de lo posible y de lo "razonable". Si fumo 3 paquetes al día seguro que dejar de fumar me supone un trauma terrible, podré empezar por fumar uno y medio, sólo con este gesto ya fumaré la mitad! y se dice pronto.

Si la teoría es muy bonita y la práctica es diferente, no la voy a dejar así de fea, por lo que intentaré adaptarla para que sea un poco más bonita.

Se puede disfrutar de la vida sin hacer puenting, sin drogas, sin correr a 210 con el deportivo... que sí!
Y de vez en cuando nos pegaremos una comilona, o haremos algo mal, pero será de vez en cuando y yo intentaré hacer las cosas bien.
Claro que si no me paro a pensar qué he hecho mal o en qué me he equivocado y cómo puedo remediarlo... pues mal andamos. Por eso es primordial reflexionar, recapacitar y reconocer nuestros errores.
Eso es lo que falta en esta sociedad de descontrol: pensar.
Que viva el ajedrez y que se termine la telebasura!

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