Pero lo que está claro es que todo el mundo (bueno, alguna excepción habrá) tiene pavor a estos bichos, ciertamente a mí me parecen repugnantes y a pesar de que forman parte de mi vida cotidiana ya que vivo en el campo, no puedo dejar de experimentar un escalofrío o tener los pelos de punta cuando las veo.
Para tranquilizar a todos aquellos que sufren cuando se topan con ellas, recordarles algo muy importante: las arañas se esconden del ser humano y le temen. Sólo atacan y se vuelven peligrosas cuando se sienten acorraladas, de modo que si una persona no quiere tener problemas con una araña, es realmente difícil que los tenga. Unicamente de forma accidental seremos su objetivo, si tropezamos con una araña y ella lo interpreta como un ataque.
La verdad es que están ahí, a nuestro alrededor, escondidas, y son muy numerosas. Miles de especies, de todos los colores y de todos los tamaños. Ciertamente sería horrible si de repente cambiaran su comportamiento y salieran todas a por nosotros. Esperemos que eso no suceda.
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